Buenos días.
Que decir, otro curso más, parece que se para el tiempo en estos eventos llenos de armonía y confraternidad. Un curso algo diferente, no por los contenidos que tan bien nos transmiten los maestros, sino por la ausencia “parcial” del maestro Lucio, agradecimos su presencia y sus sabias palabras, como siempre llenas de contenido.
Personalmente, la meditación del domingo fue mucho mejor que la del sábado, había una quietud, una calma, sin ruido alguno ni exteriores ni interiores que daba pie la concentración. La práctica con armas siempre aporta algo nuevo que no conocíamos o que teníamos algo olvidado, movimientos coordinados de muchos aikidotas en un espacio reducido, sin incidentes, cosa que es de agradecer.
Es gratificante practicar con los compañeros de otros dojos pues siempre aportan un valor añadido a la práctica, era palpable el ambiente que se respira de cordialidad y buenas sensaciones.
El curso se hizo muy ameno, los maestros bien coordinados cada uno con su propia personalidad en la práctica pero con las idea en común de musubi y de misogi que no se cansan de insistir para que las practiquemos, tanto dentro de dojo como fuera.
Es gratificante ver y sentir la unión que existen entre los aikidotas de la escuela y que siga así durante muchos años.
Gracias a todos por compartir práctica y experiencias. Que paséis un feliz verano, descansar y dijo el poeta latino Horacio (65 a.C. – 8 a.C.), “Carpe Diem”, aprovechar el momento. Saludos.