Alex
Participante
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4 julio, 2016 a las 07:04 #3511

Buenos días,

Pues nada, ya pasó el curso y los exámenes (que durante tanto tiempo hemos estado preparando). La verdad es que siempre que había tenido un curso donde me iba a examinar, tenía el regusto de que no había disfrutado plenamente de él, bien por los nervios, bien por las ganas que pasara ese momento del examen o qué se yo. Este no ha sido así, al menos hasta 5 minutos antes del examen.

He disfrutado todos y cada uno de los minutos de él: el sábado por la mañana con la meditación, que te ayuda a entrar en «trance» y a estar en paz con uno mismo, realizando la meditación como mejor puedas (lo siento, Maestro Lucio, pero muchas veces esa serpiente malvada de la que hablas, me viene a la cabeza y me resulta muy difícil volver a llevarla con amor, y los pensamientos que me vienen hace que me distraiga ligeramente de la meditación). Seguidamente el curso/clase de armas, donde es gustoso practicar con compañeros a los que no ves en todo el año o con los que no practicar muy asiduamente.
La charla de Gallardo, como siempre llena de detalles, historias, anécdotas muy muy interesantes. Esta vez, repasando brevemente la historia de Japón y con una sorpresa final: un regalo en forma de chapa de madera con el dibujo de un cormorán, símbolo de nuestra asociación, realizada elegantemente. Muchísimas gracias por el regalo tanto a los alumnos como a la asociación en forma de camiseta o ¿poster? (no se como llamarlo), detalle precioso hacia el Maestro Lucio. Jose Gallardo, eres un crack!!
Es reconfortante ver la cantidad de compañeros que pueden entrenar en un sitio tan reducido sin tener ningún accidente. Ahí es donde creo que hay que sacar un extra de concentración, como dice el Maestro Lucio, para no dar a alguien.
La comida genial: ese arroz vegetariano es recomendable, y aunque el Maestro Roberto no sea de la opinión de beber alcohol en la comida con un entrenamiento después a la vista…… qué bien siente una cervecita con limón en tan grata compañía de compañeros y compañeras de otros dojos hablando de lo divino y lo humano.
Siguiendo con el curso, por la tarde fue una paliza: entre el calor que hacía, la cantidad de gente que éramos (de nuevo, es de agradecer que haya tanta gente, para así estar más concentrado en el trabajo y en nuestro entorno), la hora que estuvimos en suwari waza, pues que al final uno acaba no pudiendo casi ni andar. Pero muy reconfortante (aún los nervios del exámen no habían aparecido).
Y el domingo, pues más de lo mismo: la meditación de nuevo me costó encontrar ese «camino» del que habla el Maestro Lucio para meditar; no pude relajarme del todo, no pude contenerme de distraer mi mente hacia técnicas de aikido, que mi mente se afanaba en mostrarme. Así que sin forzar, las fui visualizando y dejando que los pensamientos fluyeran. No se si eso es correcto, pero cuando no puedes quitarte un pensamiento de la cabeza lo mismo tienes que dejar que ese pensamiento vaya pasando como una película en un cine.
Y la clase del domingo pues fenomenal; nuevos compañeros con los que practicar (gracias Bea y Pepe por calmarme algo y ayudarme a servir de Tori cuando me puse con vosotros).
Y llega la hora: el examen. Seguía sin estar nervioso, y comenzar por armas creo que me ayudó a tranquilizarme aún más. Teniendo además de compañero a Rafa Lamarca, y siempre sin criterio para opinar en esto, haciéndolo correctamente o al menos sin ponernos nerviosos, la hora se nos pasó, al menos a mi, volada. Intentamos realizar los ejercicios como dice el Maestro Lucio, con proyección, relajados, sin brusquedades….. No se si lo conseguimos pero se intentó.

Y después llegó para mi la peor parte, por el calor, el cansancio, los bloqueos que nos salen , por muchas cosas.
La parte de exámen en la sala, con un calor y humedad sofocantes. Intenté relajarme, respirar, moverme, descansar, no pensar, dejar que fluyeran las técnicas, siempre sin pensarlas como nos repite una y otra vez el maestro Lucio. Algunas salían, otras no, pero intentando no pensarlas…. Y qué cansancio!!!! Debí perder unos dos litros de sudor (el peso de mi kimono lo atestigua al terminar el examen).
Y después de muchas técnicas, fallos, imprecisiones, sobrevivir a los kokiuhos de David el Panadero (qué grande eres, David!!), pues finalmente todo acabó, para bien, pero agotadísimo (desde que terminó el examen) hasta que saludamos me dio un mareo y un vértigo que si me levantaba en ese momento me caería redondo.
Lamentarlo por los compañeros de Majadahonda, Antonio, Raquel y Rafa a los que tengo mucho aprecio y cariño y que estoy seguro que a la siguiente lo harán perfecto. Ánimo chicos!! A los compañeros de primer kyu, que no pude ver los exámenes, seguro que estuvieron genial y que aguantaron como jabatos. Me alegro por ellos, pero sobre todo por Edu, compañero mío de Villalba, que tan bien se lo ha preparado durante estos últimos seis meses.

También me alegro enormemente por Agustín, que en su examen del miércoles tuve el honor de estar y ayudarle en lo que pude (espero haber ayudado más que molestado). Eres un ejemplo de humildad, constancia y trabajo.

Y quería por último agradecer a varias personas que me han ayudado a este logro:
a mi maestro Alberto por darme confianza, apoyo, y tantas cosas que luego me han servido para el examen.
A Beni, que con tanta paciencia nos ha acompañado en ese camino, sin pedir nada a cambio. Como te dije has sido la luz. Te debo ya tanto, compañero…..
A Roberto, Jorge, Angel Cuesta (que nos acompañó también los meses que entrenamos y que tanto me enseñó de armas) que han sido compañeros de esta «aventura» y que tanto hemos pasado, entrenado y nos hemos ayudado juntos….
Luismi, tampoco me olvido de ti y de esa mañana en los Laguitos, repasando armas.
Bea, Fernando, Lorenzo (que no se pudo presentar por una lesión que tuvo), Ernesto, Lino, Luis Bona, el gran Diego, Agustín,……
Y al Maestro Lucio, por su apoyo también, confianza, caña que nos ha metido, correcciones, etc….. Mil gracias.

Ha sido genial entrenar en el Escorial este mes, lo echaré de menos y espero pasarme algún día por allí, siempre y cuando el Maestro me de su permiso, claro!!

En fin, que vaya chapa que os he metido, pero creo que tenía la necesidad y obligación de contarlo, si no estallaba.

Gracias a todos.

Un saludo.