dfernandez
Participante
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11 diciembre, 2018 a las 04:37 #4749

¡Hola a todos y todas compañeros/as aikidokas! Otro curso más a nuestra espalda. Y no otro curso cualquiera, sino uno con sus particularidades dignas de reseñar. El segundo curso que no pudo ser guiado por las enseñanzas y amplio conocimiento de nuestro Maestro Lucio, al menos en lo que respecta a la parte técnica y física, pero al menos introducido por sus sabias palabras y consejos, siempre de gran utilidad, para acompañarnos en este camino hacia el autodesarrollo y evolución. Este año como gran primicia y, como dijo algún compañero iniciado en el camino espiritual, como gran «regalo» para nosotros los practicantes no iniciados, tuvimos la suerte de poder hacer uso de un mantra para centrar la meditación/relajación y alejar de la mente los pensamientos y las distracciones, un mantra transmitido directamente por nuestro maestro Lucio, reflexionado y sabiamente escogido por él para nosotros, previa autorización de su guía espiritual. Para utilizarlo no solo en la propia meditación sino en nuestro día a día, en nuestro entorno personal y en definitiva en este camino que llamamos vida. Para mí fue de gran ayuda para poder conseguir retener la mente y evitar que deambulara libremente a su antojo, e incluso puedo decir que por una vez, aunque por un breve espacio de tiempo, conseguí relajarme completamente y abstraerme de mis pensamientos. Incluso pude mantener una mejor postura, más firme y más cómoda. Habrá que recordar a diario y para todo lo que hagamos esas sabias palabras.
En lo que respecta al entrenamiento en sí, como ya han dicho otros compañeros, encantado de poder entrenar y seguir las enseñanzas y directrices de los maestros Alberto, Roberto y Pepe, cada uno con su estilo personal (no olvidemos que al fin y al cabo esto es un arte y como tal requiere una
interpretación y manifestación personal de lo que representa para cada uno de nosotros) pero todos siguiendo la línea que nuestra escuela representa y que nuestro Maestro nos ha inculcado, el camino del Misogi y del Kototama, del Musubi, de la unificación. La esencia transmitida por los tres maestros se basó principalmente en la unión, en la fluidez, en el control del centro y en la proyección del ki, sin brusquedades, sin violencia, sin conflicto, sin oposición. Ha sido un placer haber podido ser testigo y partícipe de tanto conocimiento y aplicación práctica. Enhorabuena a los tres!
Y que puedo decir de mis compañeros, siempre es un placer entrenar con ellos, tanto con los que veo a menudo como con los que solo coincido en los cursos y en ciertos eventos aislados, incluso con los que no conocí hasta ese fin de semana, lo dicho, un placer haber coincido en el dojo.
Y sin nada más que añadir, gracias a todos y espero una pronta recuperación del Maestro Lucio, que se le echa de menos en el dojo.

¡¡¡Felices Fiestas a todos!!!

David Fernández