La sabiduría inamovible ……………….. TAISEN DESHIMARU.
La mente del Maestro nunca está quieta. Nunca se fija en una sola cosa o persona. Deja que todo pase…
Ni tampoco el cuerpo se fija.
La esencia de sí mismo, de uno mismo, es fudo chi, la sabiduría inamovible. Intuición, sabiduría, acción física, siempre son uno. Este es el secreto de zazen, y de las artes marciales. De la misma manera que las artes marciales no son deportes, zazen no es un tipo de masaje o cultura espiritual.
En un principio, las artes marciales fueron una forma para matar gente. La espada japonesa o tachi, es una espada larga; pero tachi también significa «corte». En la palabra Kendo ken, como tachi significa «espada» y también «corte», por lo que kendo significa «la vía que corta». Las luchas con espada se remontan a los tiempos prehistóricos en Japón pero la escuela actual de kendo comenzó en 1346; fue fundado por un Samurai llamado Nodo, seguido en 1348, por Shinkage.
En un comienzo, el Samurai quería obtener obtener poderes especiales: habilidades increíbles, mágicas. Querían poder atravesar fuego sin ser quemados o poder sobrevivir la caída de una roca sobre sus cuerpos. Para ello entrenaron sus mentes deliberadamente para obtener habilidades y poderes sobrenaturales, y eran cualquier otra cosa que desinteresados.
Posteriormente, quedaron bajo la influencia del Zen. Miyamoto Musashi, por ejemplo, que fue el más grande maestro japonés de kendo, también se hizo sabio. El dijo, «uno debe respetar a Dios y a Buddha, pero no debe depender de ellos».
En ese punto, la vía que enseñaba cómo cortar a sus enemigos en dos se transformó en la vía que les enseñaba como cortar su propia mente. Una vía de decisión, resolución, determinación. Este era el verdadero kendo japonés, el verdadero Budo. La fuerza y la victoria fluyen de la autoridad decisiva. Uno se mueve más allá del nivel en el cual la mayoría de la gente para, uno trasciende el conflicto, o lo transforma en un progreso espiritual. No había nada deportivo en entrenar en esos tiempos; los Samurai tenían una visión más enaltecida de la vida.
Zen y las artes marciales tampoco tienen nada que ver con mantenerse en forma, ni tampoco mejorar la salud. La gente occidental siempre quieren utilizar las cosas; pero el espíritu del Zen y el Budo no pueden ser metidas en un esquema ni sistema tan estrecho. Sus significados son más profundos y más esenciales, es el de la vida. Y de la muerte también, ya que ambos no pueden ser disociados.
El verdadero Budo y el verdadero Zen deben estar más allá de toda relatividad. En otras palabras, uno debe dejar de escoger, dejar de preferir un lado o el otro en un esquema relativo de las cosas. En vez, debe realizarse una decisión.
TAISEN DESHIMARU.