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Abierto
Hola
Aunque soy bastante nuevo, ya miro atrás y veo que el tiempo pasa.
Me doy cuenta de que ya he disfrutado de 4 cursos de aikido con vosotros. Uno de ellos, por desgracia, con un motivo poco afortunado como puede ser un homenaje a alguien que se ha ido (aún así nunca hubo tristeza durante el entrenamiento).
Creo que es algo genérico de toda actividad deportiva (me pasaba también cuando practicaba Judo), pero creo que el poder practicar con gente a la que no ves a menudo o con la que no has coincidido nunca, es muy enriquecedor y te hace tener diferentes puntos de vista. Lo mejor de todo es que llegué dando la mano a algunos y me despedí abrazándoles lo que refleja la generosidad de todos ellos.
En la meditación, curiosamente, estuve más a gusto el primer día que el segundo. A pesar del ruido tremendo de la primera mañana, conseguí una relajación mucho mayor que el segundo día. El domingo, la cadera operada dio guerra, pero la verdad es que no fue un problema grave tampoco para conseguir un nivel aceptable de relajación y concentración.
Me gustó el juego de coger frases al azar del nuevo libro que nos presentó el maestro Lucio y ver cómo todas ellas, de una forma u otra, se podían aplicar a nuestra vida, a nuestro aikido. Espectacular
Como siempre la parte de armas, me parece apasionante en el más amplio sentido de la palabra. Poder relacionar muchas veces, movimientos que hacemos a mano vacía con los ejercicios de armas, me parece como cuando enciendes una linterna en una habitación oscura. Quizá como segundo motivo, sea la belleza de los movimientos o la fluidez que el maestro Lucio pretende ayudarnos a conseguir. Esa belleza incita a seguir practicando. Reconozco, con una sonrisa en los labios y no sin cierto rubor, que a veces, cuando le veo con la espada en la mano (bokken, jo… da igual) explicando el movimiento, me quedo tan embelesado disfrutando, que cuando veo que va a repetir el ejercicio, quizá por última vez antes de darnos permiso para comenzar a practicar, tengo que salir de mi estado de “trance” para pasar a un estado más… “práctico”, de identificar paso a paso el movimiento que tenemos que practicar a continuación.
“Kiri Wari, Wari Tsuki, Kurai Tachi… “ ¡Qué de cosas nuevas! Me entusiasma saber que este arte del Aikido parece no tener fondo y que, mi curiosidad interminable y mis ganas de aprender, se van a poder satisfacer durante toda la vida.
Este año me dio la impresión de estar más apretados en la sala de armas. Quizá noté la rigidez ya que, por mi falta de experiencia, el subconsciente me hacía pararme al desenfundar el iaito o al realizar cualquiera de los movimientos con él. Aun así, el tener posibilidad de practicar con él, de nuevo, es muy clarificador, al asociarlo con otros movimientos a mano vacía y hace que sea más claro el porqué de quitar rigideces, pensamientos y bloqueos de todo tipo.
Respecto al sábado tarde y el domingo por la mañana, qué decir, tengo mi libreta llena de notas, conceptos, nombres y definiciones nuevas. Disfruté mucho, conocí a compañer@s excepcionales, reencontré a compañer@s igual de excepcionales y me llevo muy buen sabor de boca. Es un gustazo poder practicar y ver practicar a tantos sempais.
Y poder practicar con mi maestro del día a día durante unos minutos … ¡Wow! Fue una experiencia fantástica. Ahí se ve la capacidad de bajar su nivel al nuestro, adaptarse a nuestras torpezas y hacer musubi… Sin palabras. Intuyo, que es como cuando yo corría maratones (2 ó 3 al año). Correr a ciertos ritmos no era un problema, por lo que acompañar a un amigo que estuviese comenzando en aquello del “running” a ritmos más lentos… era disfrutar de otra forma de entrenar, de otras circunstancias y volver al origen.
Personalmente siempre digo que tengo días buenos o días para aprender. Reconozco que físicamente no fueron mis dos mejores días y espero que esto no perjudicase a ningún compañero.
Gracias por vuestro musubi.
Seguimos caminando
Un Abrazo
Buenos días,
Dos alas, necesitamos dos alas para volar, con una es imposible, caeríamos desequilibrados y sin remisión hacia el suelo.
En mi caso, necesito las dos rodillas para andar, para correr, para jugar al padel o para hacer aikido. Visto que una la tengo maltrecha y la otra, la que creía buena, me la lesioné hace una semana, acudía al curso tocado, sin plumas en las dos alas, pero al menos con las dos alas para mal-sostenerme.
Lo siento Maestro, pero el ejercicio de relajación de las dos mañanas me lo tuve que saltar, pues el dolor que siento al sentarme con los pies cruzados (no ya en seiza, que hoy por hoy lo veo un imposible) es superior al placer que puedo sentir al realizar la concentración y por ello tuve que hacer peyas. Y he comprobado que no es lo mismo empezar con esa paz que te da esa media hora de respiración/concentración en tu cuerpo, que sin ella.
Pero al grano: sábado mañana, me llevé una sorpresa al ver que realizamos ejercicios de Iaido, un arte que considero muy necesaria para nuestro aikido pues nos da atención sobre la respiración a la hora de ejecutar las katas, atención sobre el espacio alrededor para no lastimar a ningún compañero y cortarle una oreja, atención a la hora de enfundar y desenfundar… Siempre es algo que considero debe haber en un curso de armas.
Como decía alguien de una galaxia muy lejana: «Un arma noble, para tiempos más civilizados»…y es que es en esa nobleza que desprende el iaito lo que le da ese aire marcial y puro.
Es motivador como, cuando voy sacando fotos, veo sonreir a los compañeros y disfrutar de las técnicas siempre con una sonrisa en la cara. Lo decía Beni hace algunos cursos, que es una característica que se da en nuestra asociación, la camaradería y compañerismo para con otros compañeros, valga la redundancia.
Pude practicar esta vez con compañeros de otros dojos casi más que con compañeros del mío, cosa siempre de agradecer. Y pude comprobar como, año tras año, parece que los consejos y directrices del Maestro Lucio van calando, al menos en los alumnos más antiguos….
El sábado por la tarde me agradó ver que las técnicas que hicimos fueron técnicas «en principio» básicas de jo-dori y tachi-dori, pero con sutiles detalles, detalles que las hacen distintas, muy distintas, a las que hemos venido practicando hasta ahora en nuestros dojos o cursos. Qué inmenso y qué extenso es el aikido, cómo el cambio de ciertos detalles hacen que técnicas que creemos conocidas vuelvan a ser nuevas y volvamos a estar en el inicio del aprendizaje de nuevo. Cuando crees que ya navegas a gusto con la corriente que te va llevando, te encuentras con un rápido o un salto de agua, y tienes que acomodarte de nuevo en la barca, arremangarte y ponerte a remar de nuevo.
Se terminó con trabajos en seiza, por lo que tuve que pasearme cámara de fotos en mano, a inmortalizar el fin de la clase…. qué pena no poder estar en seiza; pensé que nunca lo diría pero hasta echo de menos el sufrimiento por estar en esa postura.
El domingo comenzó, al menos para mí, con una charla sobre lo que significa y lo que no, lo que es y lo que no es, la concentración/meditación/ejercicio de la mañana. De nuevo, no pude asistir… vendrán tiempos mejores.
Y de nuevo, sonrisas y caras de satisfacción en compañeros según iba sacando fotos o vídeos, mucho trabajo con tanto-dori, trabajos que de nuevo, y por pequeños detalles, volvían a ser nuevos. Pude entrenar con compañeros de otros dojos, más que con compañeros del mío, pude comprobar de nuevo la camaradería y compañerismo que existe entre todos, y eso es una labor que, desde mi punto de vista, mucho tienen que ver tanto nuestros Maestros como los compañeros más antiguos.
Vi pocas caras nuevas, eso si. Me imagino que viendo los últimos movimientos que ha habido en distintos dojos, de salida de gente, quedan o quedamos gente que llevamos más tiempo. A lo mejor es nuestra labor o responsabilidad animar a los más nuevos a que estos cursos son necesarios, que no pasa nada por asistir, al contario, que se enriquece nuestro aikido, nuestro camino. Que no hay que tener miedo a venir. Poco a poco.
En resúmen, muchas técnicas nuevas, aunque la base fuera conocida, detalles que las hacían distintas, al menos para mi.
Un placer haber compartido tatami con tan buena gente de Majadahonda, San Lorenzo, Ishimi, y que espero que el siguiente pueda al menos sentarme, si no, tendría que pedir que hiciéramos un curso paralelo para minusválidos y gente sin rodillas, como yo.
Feliz fin de 2017.
¡Hola!
Veo, por los comentarios leídos, que lo primero que debo hacer es dar gracias, por no tener ni rodillas estropeadas ni caderas operadas, porque, vaya panorama: dos compañeros (dos opiniones), dos perjudicados.
Claro que, ni juego al pádel, ni corro maratones; por ahora, solo soy aikidoka. Creo que ni siquiera voy a pensar en salir a correr o coger una raqueta, no sea que me vaya a gustar.
¡Al lío!
¿El ejercicio de concentración/meditación?
Pues nada, me coloco, sigo las indicaciones del Maestro Lucio, inspiro, dirijo, concentro, expiro, inspiro, dirijo, esta canción me suena, como me gusta la música de los 80, ostras!, inspiro, dirijo, concentro, expiro, inspiro, dirijo, concentro, ya no sé por qué parte del cuerpo voy, bueno, sigo por las rodillas, inspiro, dirijo, concentro, expiro, inspiro, dirijo, ¿quién empezaba el 5º kumitachi, el uke o el tori? no me acuerdo….¡cagüenlamar! inspiro, dirijo….. ¿Ya se ha terminado? Bueno, qué rápido ha pasado, y he estado bastante cómodo la verdad, ¿será eso bueno o malo? Pues la verdad es que no lo sé, pero como ha sido muy gratificante, me quedo con eso.
¿Y el curso en sí?
Sábado mañana, estupendo, la verdad. Bonitos ejercicios de iaito, bokken y jo. Algunas katas ya las habíamos visto antes, pero está genial repetirlas; y qué gusto ver al Maestro Lucio realizarlas. Sólo queda que las practiquemos mucho, para que no vayan quedando en el olvido. Los ejercicios de bokken y jo, muy bien también; haciendo hincapié en detalles que, por lo menos a mí se me escapan todavía. Bueno, poco a poco.
Sábado tarde. Buff, que se me pasó rapidísimo, de repente dice el Maestro Lucio que ya hemos acabado, pues vaya, un rato más me hubiera quedado, la verdad. Ejercicios con bokken y jo. Detalles. Práctica y más práctica. Muy estimulante.
El domingo no asistí; una pena, porque sé que estuvo estupendo. Pero bueno…
Esta es la visión desde «mi interior».
Si mirara «desde fuera», diría que vi gente alegre, o por lo menos sonriente, casi todos. Y eso da gusto. Porque, como dice el Maestro Lucio, una cosa es tomárselo en serio y ser respetuoso y otra cosa es sacralizarlo de tal modo que parezcamos estatuas rampantes, repitiendo movimientos estudiados, mecanizados, sin vida.
Un pero. Quien haya repetido los últimos tres o cuatro cursos, seguro que se ha dado cuenta de que hay poca gente nueva. Ahí lo dejo.
Solo me falta decir que, desde hace tiempo, vengo a los cursos a disfrutar y a practicar, practicar y disfrutar. Si algo aprendo o no, ni puedo ni quiero juzgarlo. Yo solo pretendo practicar, todo lo que pueda, con todos los compañeros que pueda. No quiero decir que «solo» venga a practicar, si no que no vengo solo a aprender. Para mí es muy diferente.
Y decir que sí, que practico concentrado, todo lo concentrado que puedo, el mayor tiempo posible. Y eso sí que lo siento así. Veo que estoy sereno y que no me obceco en si lo hago bien, mal o regular. Ya habrá alguien que corrija si hay que corregir, o que oriente si lo cree conveniente. Esa no es mi labor. Sé que alguien está pendiente de todo, que no se le escapa detalle.
Así que, gracias a todos los compañeros y compañeras que asistieron, practicara o no con ellos.
Y gracias al Maestro Lucio. Por su aikido, el Aikido. Por su paciencia. Por su pedagogía. Por su visión y sus consejos. Gracias.
Un abrazo y hasta la próxima.
Fernando Fernández. Polideportivo Collado Villalba.
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